domingo, 29 de enero de 2012

Diario del Mar.

Iván Fuckencio, el peluche que me regaló Iván, tiene puesto su perfume, porque yo lo bañé en el. Cuando lo hice mi novio y Eva me habían mirado extraño, pero yo sabía que cuando lo extrañara me haría bien oler su incienso, respirar en el, abrazarlo, sentirlo. Si, abrazarlo, abrazar un perfume. Hacer eso es como abrazar distintos sentimientos. Porque un perfume siempre te trae sentimientos, y recuerdos también. Abrazar recuerdos, que lindo. Me gusta recordar, y más recordar la primera vez que nos vimos. Me acuerdo cuando nuestras manos chocaban, cuando me besó en la nuca y yo me puse completamente feliz, cuando lo miré, me miró, y por fin lo besé. Volviendo a lo de respirar en el perfume, ¿nunca les pasó que al respirar en la piel de una persona, que tiene su aroma, sienten que sus dos fragancias se unen? Tú esencia con la suya. Siempre me pasa, quiero decir, con Iván. Si, le digo Iván, pero siempre le dije así. Es que, de verdad, me encanta su nombre. Es un nombre que no muchas personas tienen, es bastante original.
Falta poco para volver, y volver a sentir otra vez su fragancia sobre mi piel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario