miércoles, 25 de septiembre de 2013

Una persona nunca va a terminar de conocer a la otra. Cualquier hecho puede alterar nuestra mente, nuestra manera de pensar, todo lo que fuimos construyendo durante tanto tiempo.
¿Sabemos verdaderamente cómo es una persona? ¿Vos podés terminar de conocerme? ¿Yo puedo terminar de conocerte? ¿Acaso vos sabés cómo me voy a comportar en todo momento? No. Nadie sabe. Puedo comportarme de una manera muy diferente a la que vos pensabas.
¿Acaso vos sabés si voy a guardar un secreto? ¿Acaso vos nunca contaste un secreto?
Y una de las grandes preguntas que siempre tenemos que hacernos y nunca lo hacemos es es '¿Por qué no me fijo en mis cosas malas en vez de fijarme todo el tiempo en las de los demás?'
Si hay algo que me jode es que te digan todo el tiempo lo que estás haciendo mal, o lo que ellos creen que vos estás haciendo mal. Cada uno tiene lo suyo, lo mejor sería callarse la boca, guardarse los comentarios, y pensar muy bien antes de decir cualquier estupidez. Porque, quiero contarles algo muy interesante, yo tengo sentimientos. Me duele o no todo lo que puedan llegar a decirme. 'Sos fea, sos gorda, sos egoísta, sos chusma, sos el esto, sos aquello'... ¿Y vos? ¿Ustedes? Mis defectos no son esos. No soy fea, no estoy gorda, no soy egoísta. Una cosa muy diferente es que piense en mi y en lo que quiero que me pase, en mis sentimientos, en mi vida. Tampoco está bueno dejarse de lado por siempre pensar en los demás. Yo tengo mi vida, y amo ayudar, amo hacer bien, pero también me gustaría que me amaran a mi, que me ayudaran a mi. Que me hicieran un bien.
Igualmente, una cosa es hacer algo que te hace bien, y otra cosa es hacer algo que vos querés, que vos creés que te hace bien, y que le hace mal a todo el mundo ¿Que a todos les haga mal a vos te hace bien?

Me gustaría que todos pensemos por un momento en lo que más no hace felices... Si los hace felices a mis amigos, pues entonces a mi me hace la mujer más feliz del mundo.


Pensemos antes de hablar.