lunes, 20 de octubre de 2014

Debo admitir que hacía mucho tiempo una película no me shockeaba tanto.
Admiro la gente que puede lograr, con el simple hecho de estar frente una cámara, transmitir miles de emociones a quien esté mirándolo.
Me pregunto cómo hacen aquellos actores para ponerse tanto en el papel. Asumir papeles importantes es muy complicado, y es un gran logro cuando uno puede decir "me lo creí".
Dos hombres, una cárcel, homicidios, inocente o culpable. Tan simple y tan difícil a la vez.
¿Cómo se logra realizar una escenografía tan cruel como lo es una cárcel en los años 1949? La segunda guerra mundial recién había terminado, la guerra fría seguía en su máximo esplendor, el que no ayudaba moría, el que ayudaba y dejó de hacerlo también lo hacía, y el que nunca ayudó...
La idea tan simple de saber la verdad y no decirla por conveniencia. Un hombre encarcelado sin ninguna prueba contundente, puede salir en libertad, pero por desgracia el haber ayudado ahora no lo ayudará a él. Luego de tantos años cumpliendo deseos no pueden dejarlo ir con el simple hecho de escuchar una persona testificar. Además, ¿y si el que quiere testificar está diciendo mentiras? ¿A quién creerle?
Un hombre con esperanzas de libertad, pero no solo de libertad sino también de mejoría. Un hombre con esperanzas para darle esperanzas a otros hombres.
Libros, músicas, palabras, miradas.
Un violín, un contrabajo, melodías melodiosas y melancólicas.
Me hizo recordar un libro que había leído, ese por el que también dos hombres luchaban por sus creencias y hasta eran capaces de morir por ellas.
Aquí no solamente luchaban por la libertad, la libertad no era solo "libertad condicional" para ellos. Era de verdad libertad. Era salir un día de calor y mojarse con agua fría. Para ellos la libertad era poder leer un libro prohibido sin ser lastimado.
Luchaban por mejorías en aquella cárcel, luchaban por la inteligencia.
A veces con solo salir en "libertad condicional" no se puede hacer nada. Uno es libre cuando puede comprender que ha dejado todo aquello atrás, que su vida empieza de nuevo y que tienen una nueva oportunidad de vivir.
Poder vivir, pensar, ayudar, sentir, pelear. 
Todo eso, y mucho más, es libertad.


"The shawshank redemption", una de las mejores películas que he visto en mi vida.

Una pequeña crítica hacia la película, de ahora en más otra de mis favoritas. 

sábado, 4 de octubre de 2014

"El caballo de un campesino se escapó. Ante la conmiseración de su vecino, el campesino le dijo: -'¿Quién sabe si es bueno o malo?'. Y tuvo razón, porque al día siguiente el caballo regresó acompañado de caballos salvajes con los cuales había trabado amistad. El vecino reapareció, esta vez para felicitarlo por el regalo caído del cielo, pero el campesino repitió: '-¿Quién sabe si es bueno o malo?'. Y otra vez tuvo razón, porque al día siguiente su hijo trató de montar uno de los caballos salvajes y se cayó, rompiéndose una pierna. El vecino volvió a mostrar su pesar, y recibió nuevamente la anterior pregunta: '-Quién sabe si es bueno o malo?'. Y el campesino tuvo razón una cuarta vez, porque al día siguiente aparecieron unos soldados para reclutar al hijo, pero lo eximieron por encontrarse herido."


Historia representativa del pensamiento Taoísta

La felicidad.

"La gran mayoría de las personas qué vacía y mal se siente, porque usa las cosas para deleitar su corazón, en lugar de usar su corazón para disfrutar de las cosas."

Lin An

Lástima.

Estaba pensando en hacía cuánto no escribía. Me dió lástima pensar que fue hace un mes. Agarré mi netbook, y me di cuenta que estaba toda polvorienta. Me dan lástima las cosas que tienen polvo, significa que solo están de adorno y, por el polvo, que ni siquiera es tan importante como para ser cuidado.
Limpié el polvo con la mano, en la otra tenía un cuchillo. Porque no solo tenía polvo, sino que mi netbook está rota y para prenderla se necesita de un cuchillo. También me dan lástima las cosas rotas, pero me gusta que haya ciertas cosas rotas que pueden seguir usándose. Como la perilla para encender, o las lapiceras que tienen rotas la cola, o los libros que tienen rota una página.. Se pega con cinta y ya está, problema resuelto.
Pero sin embargo me dan lástima las cosas que cuando se estropean ya no tienen utilidad. Como el adorno de la abuela que nos regaló en nuestro cumpleaños, o el mate que se compró tu viejo, ese de Santa Fé.
Aunque más lástima me da la gente que no sabe cómo usar eso que sirve pero que deteriorado está. Esa gente que se resigna y prefiere comprar algo nuevo. Como un corazón. A mi me han desbaratado el corazón y mírenme. Yo sí lo sé usar, porque sigue dando amor sin necesidad de recibirlo.
Me da lástima también la gente que no confía en sí misma. O la gente que transmite esa desconfianza a otras personas. O la gente que no confía en nadie más que en sí mismo.
Me da lástima la gente que no sabe disfrutar de lo que le depara la vida. Un beso, un mate con tu vieja, un buen libro, un parcial aprobado, la alegría de haber conocido un paisaje nuevo, la lluvia después de la sequía.
Me da lástima que haya gente que llora porque perdió su teléfono, cuando hay gente que llora de hambre.
Me da lástima la gente que llora porque la dejó el novio, cuando quizás a un par de cuadras de sus casas hay alguien que está llorando porque el novio le pega.
Me da lástima la gente que piensa que ser adoptada es un asco, cuando hay un pibe que espera todos los días mirando desde su ventana que un padre se apiade de su cuerpo, le de amor, un techo, comida.
Me da lástima la gente que piensa que la homosexualidad es una enfermedad, cuando una enfermedad es la homofobia.
Me da lástima que todavía en el siglo XXI tengamos que ver esas propagandas estereotipadas, afirmando que la Reina tiene la solución para las manchas de tu cocina.
Me da lástima la riqueza.
Me da lástima la gente deshonesta.
Y hay algo que es aún peor, me da lástima la gente que solo pretende dar lástima.