viernes, 9 de noviembre de 2012

Como han de imaginarse, terminé de ver la película Los Coristas y, como yo me había de imaginado, se volvió mi película favorita. Me sentí tan identificada. Se trata de una escuela que es para chicos problemáticos. Un profesor llega, un profesor de música, y los hace cantar. El canto los tranquiliza, pero el director de la escuela es una mierda y no quiere que el coro siga funcionando. En fin, no voy a contarles toda la historia, es emocionante ver como la música es una terapia para mucha gente. Esta película me hizo entender que ser profesora de música debe de ser mi vocación, estoy decidida, definitivamente quiero hacerlo, quiero ayudar. No quiero ser una profesora cualquiera de música, quiero ser una profesora que sepa enseñar, que haga que los chicos se interesen por sus clases. Quiero ser esa profesora a la que los alumnos le tiren avioncitos por la ventana cuando la despidan de la escuela por mala conducta. Quiero ser esa profesora a la que jamás van a olvidar, la que van a recordar hasta el fin de los tiempos. Quiero ser esa profesora respetada por cada uno de sus alumnos. Quiero ser esa profesora que se interese por el bienestar de sus alumnos, y no solamente por el dinero que el trabajar le pueda traer. Una persona feliz es una persona que trabaja de lo que le gusta, y de verdad, esto me encanta, lo amo. Quiero aprender, demostrar que lo que hago lo puedo hacer mejor, y encontrar al alumno que supere al maestro.

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