viernes, 22 de junio de 2012


Se sentó en su cama, con su taza de café, con té, al lado, arriba de su mesada. La esperaba con ansias, ella esperaba posar sus labios en aquella tazita de café llena de té. Pero, su mente comenzó a expandir sus pensamientos; comenzó a hablar, y no paraba. No quería hablar, ella solo quería sentir el calor de su bebida entre sus cuerdas vocales y su garganta, y mientras tanto reflexionar sobre por qué razón diferencian las tazas de café con las de té, siempre tuvo ese incógnito. Pero su mente seguía, 'bla bla bla bla bla bla bla bla bla' ¿Por qué razón, hoy, justamente hoy, su mente tenía tantas ganas de conversar? Quizás, porque todas sus cosas no habían quedado claras, quizás, porque el hablar con uno mismo sirve para poder reflexionar sobre el por qué de muchas actitudes que uno tiene. Entonces, rebobinó todo otra vez. 
Se sentó en su cama, con su taza de café, con té, al lado, arriba de su mesada. La esperaba con ansias, ella esperaba posar sus labios en aquella tazita de café. Pero, su mente comenzó a expandir sus pensamientos; quería charlar con aquel cuerpo que no estaba en sinfonía con ella, quería que ellos estuviesen bien, que ellos fueran amigos de una vez por todas.. El cuerpo comenzó a hablar.

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