miércoles, 12 de agosto de 2015

Día 3.

Miércoles.

Tercer día sin poder verte. Me conformo con escuchar tu voz desde la llamada del Skype, y con verte desde unas fotos en mi celular.
Ahora estamos jugando al preguntados; es divertido jugar con vos porque sos competitivo y me hacés reír. 
Te extraño. Ya a estas alturas estaba acostumbrada a pensar que te veía hoy, o mañana. Pero tengo que esperar un día y medio más para verte y deslumbrarme con tu sonrisa otra vez.
En este momento me gustaría que estuvieses acá, acostado conmigo en la cama, abrazándome, besándome, mirándome.
Cuando estamos juntos no necesitamos hablar, no es lo mismo que cuando estamos por llamada que cuando hay un silencio pensamos que todo está mal.
Cuando estamos juntos, cuando hay silencio hay besos. También hay cosquillas, y abrazos y sonrisas. 
Cuando estamos juntos, nos miramos y sabemos qué está bien y qué está mal. 
Cuando estamos juntos, a veces ni es necesario mirarnos para saber cómo estamos. En la oscuridad, cuando no nos podemos ver, nos tocamos y nuestra propia piel nos dice todo.
Hoy te extraño más que ayer. El día frío me hace pensar que no tengo tu calor para protegerme, y eso me asusta. 
Te amo, no puedo dejar de pensar en tu sonrisa, y tu risa, en tus juegos, en tus miradas, en tus cosquillas

Ojalá el día cuatro pase rápido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario