martes, 31 de julio de 2012

Las olas se ponen violentas al notar la oscuridad que obtendrá el cielo, en lo más bajo del día. Pero, no le temen a la noche, jamás le tuvieron miedo. Ellas saben que sus sonidos y su vista son mucho más bellas acompañadas con los sonidos que la oscuridad brinda. Siempre supieron que la noche no era más que una fiel compañera, que estaría todos los días de sus vidas, en cada época, en el mismo lugar, escuchándolas, mirándolas y hablándoles con ese siempre compañero silencio.

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