miércoles, 28 de agosto de 2013

Delirio.


Hoy me hicieron recostar en el piso cálido. 
Mi respiración alimentaba cada parte de mi cuerpo; llegaba a los muslos, a las pantorrillas, a la punta de los dedos. Por dentro de mis piernas sentí, por un momento, cómo un pincel chato y grande pintaba todo de un color anaranjado. Sentía que cada parte de mi cuerpo dormía. Mis pies eran como dos pochoclos que crecían, crecían, cada vez más y más. Me hicieron sentir cómo mis pies podían respirar, cómo podían tomar aire para llevarlo a los pulmones, al igual que la nariz, o que mi boca.
Todo mi cuerpo estaba dormido. Tan solo se podía respirar

No hay comentarios:

Publicar un comentario