miércoles, 28 de agosto de 2013


Hay tantos chicos que sufren por problemas de sobre peso, o que sufrieron por problemas.
Los chicos cuando crecemos siempre nos ponemos más gorditos, y después al pegar el estirón se supone que adelgazamos un poco. Pero algunos no. Algunos son más altos, pero igual de gordos.
Al ser gordos la gente los discrimina, inclusive pueden llegar a discriminarlos sus padres.
Yo no tuve una primaria de primera. Desde que entré en la primaria mi vida fue palazo tras palazo. Operaciones, problemas familiares, e incluso problemas en la escuela porque mis compañeros me gritaban goda, o me ponían apodos para dirigirse hacia mi. Tenía solo unas pocas amigas en quienes confiar, con una me sigo hablando, con las otras apenas me dirijo la palabra, ya que dejamos de hablarnos por distancia. Muchos de mis compañeros hombres eran los que me molestaban por el peso que tenía. A algunos me los he vuelto a encontrar, y todos me dicen lo mismo.. "Qué cambiada que estás". Y si, con los años a una persona, todos esos daños que le hacen le cobran la fianza. Días sin comer, días llorando, días avergonzada, días sin hacer nada más que estar sentada observando a la nada.
Los problemas alimenticios nunca fueron para risa. Morsa. Así me llamaban en aquel entonces.
Creo que si no hubiera sido por mi familia, yo no salía adelante.
La situación por momentos me sobrepasaba. No podía no prestarle atención a los insultos. Admiro, desde siempre, a aquellas personas que les importa un pito su cuerpo, y que están conformes con como es. Yo no puedo. Nunca pude.
Eso sí, sé que soy una mujer muy bonita, que tengo mis curvas. Pero dentro de toda esa piel de algodón hay grasa, estrías, rollos, granos.
Aunque, pese a todo lo que viví  y vivo día a día conmigo misma, sigo adelante. Porque una lucha no se puede terminar con una rendición. 

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