martes, 23 de abril de 2013

Para Federico.

Sí, sé que no te gusta que te llamen Federico, pero así queda un poco más serio y te asustás.
Bueno, es 23 de abril, y son las 11.11 de la noche, y no sabía como decirte esto que voy a decirte. 
Sinceramente, desde que sé que existís me resultaste una persona completamente dulce y tierna, pero al ser el "hermano" de mi mejor amiga nunca dije nada. Te fui conociendo mejor, y cada vez me interesabas más, y más, y más. Hasta que un día entendí que no era que me interesabas, sino que me gustabas. Si, me gustás. Me gusta la forma en la que me mirás, tus ojos, me gusta tu voz. Tu sonrisa me da vuelta la cabeza. Me gustan tus abrazos, me gustan tus besos. Tu sinceridad, tu risa. Me gusta que seas así de tierno, dulce y sensible conmigo.
Me acuerdo cuando nos vimos en febrero, solos, en el jumbo. Me reía tanto, pero a la vez tenía tanta vergüenza. O sea, creo que ahí entendí que no era vergüenza porque no salíamos juntos solos nunca, ¡sino porque me gustabas!
¿Y sabés qué es lo peor? Que a vos te gusta Azul, o eso creo yo, o eso me hacés pensar. Aunque no es solo eso, el hecho de stalkearte todos los días también me hace suponer que necesito saber de vos. 
Me gustás, y no es por el simple hecho de que seas precioso y eso, sino por el hecho de que sos un chabón que vale la pena. 
Aunque sé que nunca vas a leer esto (que igualmente espero que lo hagas), ojalá me contestes.

Te quiere, Mariel.

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