martes, 2 de abril de 2013

Mientras fumaba, por Pepa Miranda


'Nos habíamos reencontrado con una gran amiga de la infancia, era la hermana de mi cuñado, con la cual había vivido muchas cosas locas en mi niñez. Hablando del amor me había preguntado como me había ido a mi con mis novios, contesté que no muy bien. Mi vida amorosa siempre había sido un desastre.
-¿Y tu?
-Yo me enamoré mirando por una ventana.- Tomó aire, y entonces me contó su historia. 
Yo era secretaria, y trabajaba en un segundo piso, en la oficina, y cuando tenía ganas de fumar pues, fumaba en la ventana. Y un día mirando por la ventana vi una chica llorando, en el edificio de enfrente. Lloraba desconsolada frente al espejo. Pero ella se cogió su cola, se puso su chaqueta; impasible salió a la calle. Serena. Y la vi, como se alejaba por la acera. Al día siguiente la volví a ver llorar, y al día siguiente, y al otro. Empecé a ir antes a trabajar. Salía más tarde de la oficina. Y la veía desayunar, la veía peinarse. Y llorar. Siempre lloraba. Y eso me provocaba... Ternura. Así que empecé a seguirla. Así empezó todo. 
-¿Y por qué lloraba? 
Un silencio incómodo se adueñó de la sala forense.
-Porque había matado a un hombre. 
Al terminar de contarme su historia la mirada de Pepa cambió. Había dejado de tratarme cariñosamente para volver a serme fría.'

No hay comentarios:

Publicar un comentario