domingo, 18 de julio de 2010


Entré a su casa, era pequeña por fuera, pero gigantesca por dentro.
Fuimos a su jardín, antes de entrar en la puerta decia: El Mágico Jardín. Me dije: Será algo que le pusieron porque tenían ganas.-
Cuando entro allí una cortina de estrellas, luces, fuegos artificiales y de más ocuparon mi cabeza.
Me preocupé, prensando en que me había golpeado con algo, pero no.
-¿Sentíste ese mar de felicidad?
-Si.-Dije sorprendida.- Pero.. ¿Qué fué exáctamente eso?
-Un mar de felicidad.
Miré extraño a mi amiga, pensé que estaba loca; claro, en ese entonces no había visto todo.
Me miró y dijo:
-Se que todo esto te será raro, pero ya entenderás que le da esa mágia a nuestro jardín.
[...]
Caminamos por todo el jardín, y ella me decía cada cosa que se le ocurría para romper el hielo.
Paramos nuestro camino cuando vimos un enorme tobogán de madera.
-O.. wow..-Dije observando.-
-Ésto que ves aquí, es un tobogán que fué exportado desde Ocianía. Se dice que lo tallaron las hadas y los duendes de un bosque encantado, otros dicen que los ángeles lo dejaron allí, en Cidney, y otros.. Solo dicen que fué un acto de Dios.
-¿Y cuál es su hipótesis de esto?
-¿Hipótesis? Ésto no tiene hipótesis, es mágia, solo hay que aprender a apreciarla, y a verla.

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