lunes, 21 de julio de 2014

Frustración.

Hoy tuve un día frustrado. Me levanté a las seis de la mañana, o siete, la realidad es que no lo recuerdo. Lo hice porque mi novio tenía que irse a trabajar y yo estaba durmiendo con él. Nos juntamos por el día del amigo, nosotros, y dos parejitas más. Dormimos un rato, bastante incómodos, pero tranquilos. En fin, volviendo al tema, me levanté a las seis o siete de la mañana porque mi novio tenía que ir a trabajar y tenía que despedirlo de alguna forma. Ese fue el primer garrón. Me volví a dormir, porque no iba a despertarme a esa hora e ir caminando a mi casa. Me levanté aproximadamente a las 10 de la mañana. Desayunamos con los chicos, todo normal. Llegando a mi casa recuerdo que tenía turno con el dentista (gracias a mi madre) y que se me había ido el turno. Imposible fue conseguir otro en el mismo día y entonces ese fue mi segundo garrón.
Habiendo llegado a mi casa y pasado el momento en el que no pude conseguir el turno, mis cuerpo denotó un aire extraño en el ambiente, estaban un poco tensos y a la vez estaban trabajando mucho. Pintando el cuarto de mi hermano, haciendo otras cosas bla bla. Entiéndanme, yo no tenía ni putas ganas de hacer una mierda. Me había acostado tarde, había dormido poco, encima era un día precioso y tenía ganas de salir en bicicleta a pasear. Imaginen qué me mandan a hacer.. Sí, lo que el diablo estaba esperando, ordenar mi cuarto, tercer garrón. Mi cuarto es el reflejo de cómo me siento, y bueno, últimamente tuve caos por doquier, así que mi cuarto estaba caótico como han de imaginarse. Terminada la comida me fui a ordenar, y terminado el orden me puse a ver cosas en mi celular. Tiene la pantalla rota, además anda medio pal demonio, porque es táctil y hace lo que quiere. Quise hacer un par de cosas con el teléfono y se me tildó. Cuarto garrón. Enojada conmigo misma y con mis ganas de no hacer una mierda, me fui a agarrar la netbook para ver qué podía hacer.
La netbook es otro de los aparatos de mi casa que funcionan medio para el orto. Tiene el costado de la pantalla despegado y funciona lenta, como una tortuga recién nacida que no sabe ni arrastrarse por la arena. Quinto garrón.
Quise bajarme un par de temas al celular, y también se me tildó. Pero ojo, no solo el celular, sino también la netbook. Así que tuve que reiniciar ambos aparatos y ponerme casi a llorar mientras gritaba "máquinas de mierda". Sexto garrón, y sin excusas.

Estoy podrida de las máquinas. Y es paradójico porque prácticamente estamos en un mundo donde las máquinas son aquello que impulsa la vida desde estas últimas décadas (unas cuántas), y además porque yo nací en la época donde todas las máquinas empezaron a renacer, 1997. Viviendo en un mundo donde hay nuevos celulares cada dos días es imposible no tener una cabeza dependiente de un aparato.
Quiero y necesito un poco de paz y de despeje. Basta de aparatos, me cansé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario