martes, 30 de julio de 2013


Me gustan los hombres. Hablo de una atracción que va más allá de "si soy alzada o no". Me gusta el cuerpo del humano, y más que nada el cuerpo del hombre. Me gusta mirar los detalles de ellos, más cuando los tengo cerca. Detalles minúsculos, que quizás nadie vería hasta que uno se lo dijera. Ya sea la forma en cómo se ríe, cómo mira, sus diferentes muecas. Me gusta que cuando sonrían se les achinen los ojos y que al costado de los labios se les hagan arrugas. Me encantan los hombres que tienen hoyuelos, me hacen pensar que tienen algo especial, me da ternura. Me gusta cuando intentan levantar una ceja y no les sale. Me gustan las espaldas, sus manos grandes. Me gusta ver ese cambio de una milésima de segundo que ocurre de una cara seria a una cara sonriente. Me gustan más los hombres cuando están llenos de lunares,  y tienen la barba desde hace más tres días. Me encanta la nuez de Adán. Me gusta cuando tiene voz grave y cantan lindo. Me gusta cuando te miran a los ojos y sus ojos brillan. Y sobre todas las cosas, me encanta que me traten bien

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