domingo, 7 de julio de 2013

Destino.


Mi vieja me inculcó muchas cosas, pero si hay algo que me inculcó y que me dió vuelta el cerebro fue la creencia del destino. Ella siempre me dice 'Las cosas pasan por algo' o 'No sucedió por alguna razón'. Lo loco de todo esto es que no todos creen en el destino, piensan que las casualidades hicieron que nos encontremos con las personas que nos reconstruyen día a día. Pero no, no fue casualidad que te hayas cruzado con una persona que te haya revuelto el estómago, la mente, el alma. Y sobre todo no es casualidad que tus relaciones terminen, o empiecen. Una vez escuché que todas las personas tenemos un alma gemela. Si, ahora me van a venir a decir que nada que ver, que eso no es verdad, que son solo cuentos. En fin, continúo. Nosotros al ser creados somos separados de nuestra alma gemela (ya sea femenina o masculina, es el yin y el yan) para que volver a reencontrarnos luego de haber pasado por todas las etapas. La conozcamos o no, sentimos muchas veces lo que ella siente. No nos unimos hasta que no hemos vivido todas las experiencias necesarias para llegar a ella y ella ante nosotros con todo lo necesario integrado y depurado. Puede que encontremos a alguien que nos haga sentir que lo es, pero quizás no lo sea. Quizás tan solo sea un alma fin. No hay que mentirse, ni cegarse, ni confundirse.
Nada es coincidencia en esta vida, por eso no hay que forzar los hechos. Si las cosas no se dieron en su momento, o si simplemente nunca se dieron, fue porque el destino así lo quiso.

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