Nunca hay que intentar que las cosas de otras personas cambien porque nosotros tenemos ganas. Todo fue, es y será por alguna razón. Nosotros no tenemos que alterar el curso del destino de otra persona, sino, alteraríamos incluso el nuestro. Porque yo sin vos no soy nada; vos sin yo no sos nada; y nosotros sin vos ni yo, tampoco lo somos. Pero si queremos alterar nuestro destino por mano propia, podemos hacerlo, mientras que sepamos que estamos haciendo lo correcto, o que estamos haciendo algo que nos va a ayudar. Aunque el siempre va a estar un paso adelante, el siempre va a saber qué decisión vas a tomar. Por ello no tiene sentido, nunca vas a escapar de tu verdadero destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario