
No quería despedirme de tí,
de tus ojos verdes,
de tu mirada creyente.
No quiero despedirme de tu voz,
de tus abrazos,
de tus besos voladores,
de tus manos.
Pero tube que hacerlo,
para no sufrir más,
y poder terminar
con todo lo demás,
que carcomía mi alma
y mi corazón
que en este momento
está marchito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario